Revisión por Pares (peer review)

Es de amplio conocimiento que los tres pilares o funciones de la Universidad son la Investigación (i.e., la generación de un nuevo conocimiento), la Docencia (o formación de futuros académicos) y por último, la Extensión (i.e., divulgación de conocimiento a la comunidad en un lenguaje no especializado). Sin embargo, desde los últimos años se asoma una nueva solicitud desde la misma academia. La necesidad consiste en que tanto estudiantes de doctorado como investigadores contribuyan con la revisión de artículos científicos, fondos de investigación, becas de postgrado, comisión de tesis, etc. Una solicitud conocida como revisión por pares. La práctica académica de someter a escrutinio los propios manuscritos y de esta manera asegurar su calidad y relevancia para la comunidad académica, es un ejercicio que data de la antigua Grecia. Sin embargo, tal como la conocemos hoy por hoy, la practica de evaluación por pares surgió en la revista The Philosophical Transactions of the Royal Society, de la mano del editor Henry Oldenburg (1618- 1677). De acuerdo a ELSEVIER, si bien el procedimiento ha recibido diversas críticas y modificaciones en las últimas décadas, la mayor parte de la comunidad académica aún sugiere que es la mejor forma de evaluación científica que disponemos. Es más, la amplia demanda por revisión en la vida universitaria actual, justifica preguntar si acaso ésta debe considerarse como parte de la investigación, docencia, y/o extensión universitaria. Inclusive, ¿es la revisión por pares un cuarto y nuevo pilar de la Universidad, dirigido a preservar la calidad de sus productos académicos? Todo parece indicar que así es.

Es evidente que la revisión por pares no consiste ni puede reducirse al pilar de la extensión. Dado su carácter evaluativo ésta no constituye un ejercicio de divulgación científica. La revisión consiste más bien en un intento por alcanzar una adecuación entre lo expuesto por el demandante y la expectativa del experto (sea esto la corrección de un trabajo de tesis, artículo científico, y/o beca doctoral); cierto estándar subjetivo (en ciertos casos exento de criterios objetivos), respecto a cómo es que deben ser escritas las tesis, cómo deben ser elaborados los artículos científicos y/o qué deben contener los CVs de un postulante a una beca doctoral. Tampoco es correcto entender la revisión por pares como un elemento propio de la investigación; dado que no existe una exigencia de generación de conocimiento. Menos aún podría decirse que al revisar un artículo científico se está impartiendo la docencia. Esta última está orientada a movilizar el intelecto desde un estado de ignorancia (o creencia) a otro de conocimiento con evidencia (sea esta empírica o conceptual). Por supuesto, en casos excepcionales la revisión puede ser circunstancialmente formativa para un estudiante; pero eso ya es otra cosa. La revisión por pares opera más bien como un filtro evaluativo para fines específicos de la academia. En efecto, dentro del mundo de la publicación de artículos, la finalidad consiste en determinar la validez, relevancia y originalidad de los manuscritos, pero también promover una instancia de dialogo donde experto y autor puedan intercambiar ideas respecto a cómo mejorar la calidad de un texto y corregir errores antes de la publicación (Cf., Kelly et al. 2014).

En tiempos de necesaria (y justificada) conexión entre instituciones, revistas de publicación, fondos de investigación y floreciente programas de formación, es que la revisión por pares no debiese ser un mero gesto de agradecimiento para con la academia. Tampoco debiese considerarse un acto supererogatorio, en vista a recibir una felicitación o mérito.  Todo lo contrario, la evaluación por pares consiste en un deber intelectual de cualquiera que aspire a contribuir con responsabilidad a futuras generaciones de investigadores y docentes. De acuerdo a Kant, actuar por deber es actuar conforme a un principio moral, y no simplemente por cierto interés particular. Por lo anterior, si la máxima consiste en el cuidado de la académica y los valores que ella encarna (e.g, la “sabiduría”, Cf., Crítica de la Razón Práctica), entonces es menester de la Universidad no sólo formar a futuros colegas, sino también a especialistas en la revisión.

En una perspectiva de largo plazo: es necesario potenciar el pensamiento crítico: enseñar a distinguir premisas que fundan argumentos; los propios y los ajenos, subrayar falacias, detectar las conclusiones que se siguen, pero también las que no, de un conjunto de enunciados, notar los puntos centrales y separarlos de los accesorios, etc. En definitiva, incorporar en el currículum de postgrado la formación y participación de estudiantes en la revisión de artículos y productos académicos. En una perspectiva de corto plazo: hoy por hoy parece relevante formalizar y reconocer el trabajo de revisión de nuestros académicos y estudiantes de postgrado. Muchas horas mensuales son destinadas al trabajo evaluativo. La visualización de este tiempo, más allá de un mero reconocimiento, es el primer paso para su especialización, para la construcción de un nuevo pilar Universitario.

Me permito reconocer y agradecer a miembros de CogSci-Lab UDD que generosa y anónimamente contribuyeron con procesos de revisión durante el 2021:

Leonel Tapia:                          Attention, Perception, & Psychophysics

                                               (https://www.springer.com/journal/13414).

Mauricio Barrientos:              Psychonomic Bulletin & Review

                                               (https://www.springer.com/journal/13423)

Sofía Gana:                            PlosOne

                                               (https://journals.plos.org/plosone/)

Paulina Guzmán:                    Psykhe

                                               (http://ojs.uc.cl/index.php/psykhe/index)

Fernanda Prieto:                     FONDECYT ANID

                                               (https://www.anid.cl/)

A todos, Muchas Gracias !

Gabriel Reyes M.